lunes, 30 de agosto de 2010

Carrera de obstáculos

No quería dejar cerrar el mes sin contar cómo me he sentido hace unos días en una cena con un matrimonio amigo nuestro a los que hacía un par de años que no veíamos. Llegaron con su preciosa niña de casi tres años y a punto de dar a luz al segundo. Lo cierto era que no sabíamos que estaban esperando. Yo, por supuesto tuve doble motivo para que se me atragantara la cena.

¿Por qué quiero dejar constancia de esto? Porque me sorprendió la fuerza de mis sentimientos, la pena y la frustración que me asaltó. Llevaba una temporada en la que pensaba que había 'pasado lo peor' en lo que a envidiar embarazos ajenos se refiere, pero bastó un solo encuentro para darme cuenta de que mis emociones siguen a flor de piel. Y es que por más que me mentalice ¡qué difíciles me resultan este tipo de situaciones en este momento!. Pensar que si nos húbiéramos embarazado de forma natural en los primeros meses de intentarlo tendríamos un nene o nena que ya sería una personita me trae de cabeza. Pero sabemos que cada uno tiene un camino que recorrer. Esta pareja, en concreto, pasaron por la experiencia de un huevo huero antes de tener a su primera hija.

Si lo pienso bien, hoy tengo motivos para ser más optimista que nunca: me encuentro en el mejor centro de reproducción de España, con una de las mejores especialistas a nivel europeo y mundial que estudia profundamente cada caso hasta conseguir embarazar a todas y cada una de sus pacientes y yo confío plenamente en ella. ¿Por qué, entonces, llenarme de ansiedad? Porque soy humana, simplemente.

domingo, 29 de agosto de 2010

Paréntesis que toca a su fin...




Agosto toca a su fin. Ha sido un mes en el que ha tenido lugar el descanso y también la impaciencia. Impaciencia por volver pronto a la carga, por continuar con el siguiente paso. Este mes he podido recuperar mi ciclo natural, lo que me permite llegar a la transferencia. Estoy muerta de miedo, no lo puedo negar. Pero tambien reboso ilusión por volver a Valencia para buscar a mis pollitos y que alguno (o varios) de esos 12 decida quedarse con nosotros.