
Agosto toca a su fin. Ha sido un mes en el que ha tenido lugar el descanso y también la impaciencia. Impaciencia por volver pronto a la carga, por continuar con el siguiente paso. Este mes he podido recuperar mi ciclo natural, lo que me permite llegar a la transferencia. Estoy muerta de miedo, no lo puedo negar. Pero tambien reboso ilusión por volver a Valencia para buscar a mis pollitos y que alguno (o varios) de esos 12 decida quedarse con nosotros.
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