lunes, 27 de septiembre de 2010

Mi mejor 21


Estoy a una semana de la necesaria segunda histeroscopia para ver que todo ha quedado bien cicatrizado y que me digan que 'podemos continuar' (ojalá!). La regla de este mes, después de la cirugía, está resultando más abundamente de lo habitual. Espero que para el lunes que viene esté el útero en su punto óptimo para que el dtor. Ferro y la dtra. Crespo puedan observar por ahí dentro sin mayor dificultad.
Ay, cuanto me gustaría que me dijeran que 'vamos a transferencia este mes de octubre'. Y más me gustaría todavía que por fechas el día de la beta, positiva, por supuesto, coincidiera con mi cuarto aniversario de boda. Sería tan especial!!! Habría un motivo más para celebrar el 21 de octubre.

Desde que era una jovenzuela, siempre imaginé que le anunciaria a mi futuro marido que iba a ser padre de una manera muy especial: le haría ver que le había cocinado un rico plato que taparía con una bonita campana. Y por supuesto cuando levantara la tapa encontraría el plato limpio con un par de preciosos patucos. La verdad es que no puedo evitar la risa al recordarlo, sobre todo porque sospecharía al verme entre fogones. Y es que no puedo decir que la cocina sea mi fuerte (jajaja).

Ahora que puede hacerse realidad ese momento en mi vida, he decidido que la escena, aún siendo muy parecida a la anterior, sufra alguna ligera variación (de momento es solo una bonita idea en la que de vez en cuando me recreo): uno o dos días antes de la beta me gustaría hacerme un test casero. Si es positivo compraría una bonita caja de regalo y lo pondría dentro junto con una carta 'escrita' por nuestro futuro bebé dirigida a nosotros, pero sobre todo a mi marido. Una vez envuelto lo colocaría en algún sitio 'estrategico' donde supiera que la encontraría más pronto que tarde. Con los regalos de cumpleaños solemos hacerlo así y nos encanta. Creo que no olvidaría fácilmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario