miércoles, 29 de septiembre de 2010

Un embarazo ajeno muy propio

Aye mi hermana me dijo que estaba embarazada. Va a ser madre. Llega una nueva vida y un nuevo miembro a la familia. Una llegada que marcará un antes y un después en mi pequeño clan familiar. Será el primer hijo, primer nieto, primer sobrino. Todos estrenaremos nuevo status. Para mí ha sido algo tan inesperado que aún sigo tratando de asimilarlo.
Siempre pensé que mi hij@ ocuparía ese lugar, pues al ser un par de años mayor que ella cronológicamente he ido por delante en todo: colegios, campamentos, trabajo, noviazgo, convivencia, casamiento y búsqueda del bebé.
Pero está visto que la maternidad no es algo que pueda planearse con exactitud. Al menos no para muchas mujeres como yo. Lo cierto es que también ha tenido bastante 'ventaja'teniendo en cuenta que desde que quiero ser madre han pasado casi 3 años. Era lógico que tarde o temprano ella también iniciara su búsqueda.

¡Qué perversidad la del destino al colocarme en esta situación! ¿Se puede sentir alegría y dolor a la vez?. Sí, puesto que nada es blanco o negro completamente. Siento una alegría y curiosidad enorme por el pequeñaj@ que viene y porque mi hermana no tendrá que transitar por el mismo camino que transito yo, pero aunque ni por lo más remoto hubiera deseado que tuviera dificuldes para concebir, su embarazo natural de alguna forma me hace sentir emocionalmente un poco más sola. Sé que mi madre y ella han dejado transcurrir eternas semanas debatiendose entre la conveniencia o no de contarmelo hasta que yo hubiera llegado al menos a la transferencia de mi tratamiento, pero creo que igualmente hubiera encajado la noticia sin problema en cualquier momento. Lo dicho, qué extraño me parece todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario