
Cómo me gusta que las semanas vayan avanzando. En breve estaré en el ecuador del embarazo y verdaderamente podré decir que el tiempo pasa rápidamente.
Los vómitos mañaneros prácticamente han desaparecido, así como el malestar de las tardes. Es para reírse, pero casi los echo de menos. Respecto a esto último es curioso, creo que acudir a la consulta de la matrona, oír al peque, relajarme y desaparecer las naúseas fue todo uno. En algún sitio he leído que a veces los vómitos simbolizan los miedos que la embarazada sufre. Además, parece ser que las siguientes semanas tras el primer trimestre revuelto conlleva cierta incertidumbre, pues los síntomas se han apaciguado y todavía no llega a percibirse al peque con seguridad. Así que toca armarse de paciencia y esperar un poquito más.
Respecto a mi apetito decir que sigo intentando controlar todo lo que como, aunque ayer no puede resistirme a un rico McFlurry de McDonald's lleno de calorías, que a malas lleva bastante calcio y en esta etapa es muy necesario. Aquí el que no se consuela es porque no quiere.
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