martes, 15 de febrero de 2011

Olores y hormonas


El tema de los olores me trae frita. La agudeza olfativa de la que se disfruta en el embarazo y que es un clásico entre los clásicos en cuanto a síntomas se refiere ¡puede llegar a ser torturante!.

Esta mañana, de camino al trabajo, me he sentado al lado de una señora que se había puesto un perfume que a mí me parecía intensísimo y mareante. Aunque he pasado todo el camino abanicándome ¡no conseguía que se alejara de mi nariz! Cierto es que podía haberme levantado y buscado otro sitio pero el tren estaba lleno y sabía que me tocaría quedarme de pie. Tal es el agobio que me ha entrado que creo que hasta sentía cómo me mareaba ligeramente. Desde luego pocas veces he agradecido más salir a la calle a respirar el aire húmedo de lluvia.

En casa la cosa no mejora mucho respecto a otros olores. Los dos que más me molestan cuando los percibo son el desodorante de husband (le tengo prohibido que lo use en mi presencia, ya me ha hecho vomitar y no exagero) y el olor del detergente para ropa blanca cuando tiendo la colada (no puedo con él!).

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